jueves, 27 de enero de 2011

oración

La mejor poesía es como una oración
Como un mantra una súplica un rezo
De manos abiertas y desnudas
En un cuerpo casi dormido

Por favor por favor por favor por favor
Oh dios oh dios oh dios

Que se acabe
Que pare
Que termine

Ayúdame oh dios
Ayúdame
Por favor por favor por favor por favor

No soy nada, ya estoy en la tierra
Me hundo en el cielo cuando veo pasar las nubes
Pero estoy en la tierra
Me hundo en el cielo y los arboles me consuelan con su perfume y su danza de ramas

Pero yo no entiendo esas razones del clima
Y del paisaje

Yo sólo necesito un dios

Por eso la mejor poesía es una oración

 Oh dios
Ayúdame por favor
Por favor por favor por favor por favor


Oh dios
Estoy tan cansada me pesa el alma como una fruta que hiere al árbol con su peso
Y solo quiero un poco de tierra
Cerrar mis ojos
Cerrar todas las ventanas que me comunican con el exterior
Internarme en la tierra
Fundirme en la tierra

Por favor por favor por favor
Oh dios
Si tus ojos me guiaran
Si tus manos fueran como el día sobre mi cuerpo y sobre mi alma
Tendría algo de luz
Así toda esta penumbra
Toda esta tristeza seria el paso de una tormenta sobre mi jardín
Pero no es así
Los días las horas las vidas pasan repetidas y hay el mismo clima afuera
Y ahí el mismo clima en mi

Por favor por favor por favor
Oh dios ayúdame a salir de mi cuerpo
No quiero estar más aquí
No quiero estar más en mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.