jueves, 6 de enero de 2011

Maldita biografía del silencio I

De la misma forma que las   nubes abren  su tormenta y su tambor de ruidos  golpeando el cielo con sus  ojos  luces. De esa mima forma  se abre el silencio sobre los labios, como la lluvia que humedece y perfuma  dolores desde la distancia.


No sé porque es otra vez es el silencio, la frase repetida en mis poesías, será porque es el mismo dolor que martilla mis costados, pero no soy madera  y aunque se lo grite  a los clavos, a ellos no les interesa mientras puedan atravesar mi carne y sentir como me penetran con su acero violencia, y sentir como me desgarran año tras año, malditos como los recuerdos que no marchitan sus dolores y que se renuevan en los silencios de todos los labios. Aveces sólo me pregunto: ¿Será el dolor el amanecer de la lluvia levantándose en el alma, y será el silencio la única caricia de la mirada de la distancia?

Anochezco, como si mi piel se agrietara igual que la corteza de un árbol, mis brazos siempre lo intentan, convertirse en ramas, para que las aves que dibujan mis dedos encuentren el nido que no esperaban.
Anochezco, mi rostro se oscurece y mis parpados bajan como la luz de  los paisajes.
Mis piernas se quiebran por el peso de este mundo que ya no puedo sostener que ya no quiero sostener.
Anochezco, mi madre espera en su luna, mi padre en su infierno, mis hermanos están tan callados que si continúan fingiendo no tener lengua, se los llevara el viento, como el polvo de lo que fueron.
Anochezco, estas estúpidas palabras son prueba de mi fracaso, no he podido ser el día, un día completo.La luz es muy costosa entre las sombras de mis espectros, ya no sé porque me besan las manos, ni de dónde vienen los lamentos, si de las nubes tormentas, o del interior de mi cuerpo.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.