jueves, 13 de enero de 2011

Disparo fallido.

El arquero ajusta sus cuerdas
Una a una con el sonido de la palabra muerta
Seca al viento
Como una canción sin motivos
Un tic tac que no es ritmo, puede ser una gotera o un reloj

Así van los pasos de mi vida
Uno  a uno responden a una profecía del silencio
Es absurdo intentar darle música al motor

Mientras

El arquero ajusta sus cuerdas
Se siente ángel y demonio
Capaz de doblar los destinos en su disparo
Como un rayo o una luz que parte la noche en dos

Otra vez la cuerda intenta ser sonido
Pero es solo ausencia
No es puente, es solo filo
Es línea de horizonte

Escucho el latido, se acerca
Va rompiendo los perfumes del viento
Trae otro otoño de fuego en sus ojos
Cae como la primera gota de lluvia
Delgada y liquida

El arquero respira
Sus alas descienden poco a poco
Ha liberado toda tensión de sus ojos
Ahora sus brazos reposan

Mi cuerpo solo sabe de disparos
Mi alma solo sabe de tormentas de luces
Solo se de silencios
Ese disparo aunque me ha traído el agua, no ha sido la música
Nada será la música mientras dure la noche.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.