sábado, 24 de julio de 2010

Espero que seas mi canción.

Creo que ésta sin duda es una de las poesías mas infantiles que he escrito, y no me arrepiento, la siento llena de esperanza, y de sueño, la puedo cantar incluso. Tiene esa magia pequeña, ese brillo pequeño que nos dan los inicios de los sueños.




No mastiques el sol
No soportaras sus llamas
Tú te crees un dios
Pero eres un niño con grandes armas
Espérame un segundo
aterrizo y luego vuelo
Solo necesito un trago más de tu aliento
Espérame en la estación del silencio

No quiero más mentiras
Este mundo mutilado
No sueña
No vibra
No llora su dolor

La vida es un rayo nuevo
Sobre el cielo que soñamos día a día


Ahora estoy libre para empezar
A creer que puedo volar
Espero en la estación del trueno
Con tanto silencio en los labios
Aguardando que seas mi canción


Espérame
Aterrizo solo para volar de nuevo
Espero en silencio
Solo quiero que seas mi canción


Este mundo mutilado
No conoce el color de tus alas
No cree en la luz de tus sueños
Y solo se sostiene de una rama
en el árbol del tiempo
Este mundo mutilado
A punto de caerse del árbol
No se puede hacer dulces
Con mundos como este
Que no ceen en los duendes


Una caravana de hadas
Construye un puente
Desde tu sueño a mi sueño
Pero no lo veras
Con tus ojos despiertos
No lo veras
Debes creer en los sueños

No mastiques las estrellas
Tus dientes no soportaran su brillo
De tu boca se escaparan los deseos
De las criaturas cristalinas

Aprende a jugar de nuevo
Viaja hasta mi sueño
Por el puente que tejieron mis hadas amigas.

Y seré una mariposa de fuego
Que aterriza en tu hombro y suspira
Como un simple brillo del día
Entre ramas de sauce en la orilla
Del último lago que vio tu vida.




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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.