
Mientras desciendes por mi cuello
Te daré la luna dormida de mi boca
La soltare en el aire como un ave de deseos
También dejare que germinen desde tus cabellos
Los dragones de mis dedos por tu espalda
Apaga la luz del ruido
Que todo sea un silencio de almas
Que tus manos me recuerden el barro de los principios
Devuélveme al fuego
A la piedra blanca que alumbra nocturna de besos
Desde tus gemidos de agua
Enséñame del ritmo de tus jadeos
Dale un propósito a mis uñas claras
Que mis dientes sean los bordes de un sueño
En los que despiertas tu madrugada
Refúgiame entre tu pecho
Entre tus brazos
No dejes que me quiebre la noche
Y los susurros de la distancia.
Entre lunas y lapices azules
ResponderEliminarque surgen de tus cabellos
por la noche dormida
adentro tuyo despierta
la mujer de agua
la del vientre
que funde
la laguna de hielo
y descubre
el centro de llamas
que es tu nombre
savia que emana
de tus pechos dulces
la cornisa que dibuja
tus sentidos
cuando alfarero
de tu cuerpo
reconstruyo
una a una tus costillas
las vertebras dulces
de tu espalda y seguir
llamandote mia
cuando en mi espalda
tu dibujas el nombre
impronunciable.
Gab, tus palabras son inmensas, y las tomo como mías, un gran regalo amigo, es siempre bueno encontrarte por aquí.
ResponderEliminarBesos.