miércoles, 28 de julio de 2010

Ceniza sobre el hombro de la mañana


El anhelo deshojo la flor del viento
En un susurro de la rama que se parte
Nace el lamento en el aire
Como un débil crujido de fantasmas

El hombre que camina el frío de las piedras
Descalza su patria sobre la tierra
Va recolectando truenos con sus ojos cerrados
El oeste dispara sus flechas de fuego
El este levanta su círculo en llamas

Miércoles

Ceniza sobre el hombro de la mañana
Aguada la ciudad de  luz que no puede ser azul
Porque le faltan alas
Languidece la espera de su muerte en mis palabras

Buenos Aires me detesta
Yo lo aborrezco con todas mis entrañas
El sur es más que un paredón, que un farol
Que una sonrisa morena
Que una feria de artesanos
Es más que el dolor de una calle empedrada

Se oyen lejanas aves
Picos y alas
Ramas y silencios
Corrompidos por el aire

Un balcón llora la muerte del alma
Un fantasma
Se viste de tango
Y circula las calles.

1 comentario:

  1. Buenos Aires no te detesta porque va encantar con tus poemas como yo
    besos

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.