Cuando todos los otros se han ido, y el viento a castigado los mundos, los ha devastado con su fatal perfume, pero tú… tú estás aquí.
Aun después de que ha callado la música, y el árbol, ese último árbol de azahares en el jardín también a callado sus hojas y sus nidos, y tú... tú aún sigues aquí…
Y estas en todas partes, tan lleno de ti esta el jardín, la calle, y las nubes, que aun puedo verte con el cuerpo apagado, aun vencida en el dolor de las ciudades. Te pareces a las palabras más dulces, al sol, al perfume, a la flor amarilla del encanto… al recuerdo, a la paz… al amor. Te pareces a la tibieza sobre el rostro cuando te duermes en la plaza y el sol atraviesa el cielo… las nubes y los arboles solo por saludarte.
Pero, por qué? Por qué estás aquí… por qué siempre tú a través del tiempo, por qué tú a través de los cuerpos y los nombres, y de todos los paisajes… siempre caminando sereno, siempre a mi lado, siempre en silencio compartiendo la desnudes del espíritu transcurriendo sobre la tierra, sobre el cielo o sobre el agua.
Ahora la oímos cantar y es tan hermosa como la recordábamos. Nuestro lenguaje es la voz del alma que nos regalaron para comunicarnos con los otros… ahora sabemos menos que todos los espíritus del mundo, pero sabemos algo que ellos no saben y es maravilloso, sabemos que ignoramos la verdad sobre todas las cosas.
Aun después de que ha callado la música, y el árbol, ese último árbol de azahares en el jardín también a callado sus hojas y sus nidos, y tú... tú aún sigues aquí…
Y estas en todas partes, tan lleno de ti esta el jardín, la calle, y las nubes, que aun puedo verte con el cuerpo apagado, aun vencida en el dolor de las ciudades. Te pareces a las palabras más dulces, al sol, al perfume, a la flor amarilla del encanto… al recuerdo, a la paz… al amor. Te pareces a la tibieza sobre el rostro cuando te duermes en la plaza y el sol atraviesa el cielo… las nubes y los arboles solo por saludarte.
Pero, por qué? Por qué estás aquí… por qué siempre tú a través del tiempo, por qué tú a través de los cuerpos y los nombres, y de todos los paisajes… siempre caminando sereno, siempre a mi lado, siempre en silencio compartiendo la desnudes del espíritu transcurriendo sobre la tierra, sobre el cielo o sobre el agua.
Ahora la oímos cantar y es tan hermosa como la recordábamos. Nuestro lenguaje es la voz del alma que nos regalaron para comunicarnos con los otros… ahora sabemos menos que todos los espíritus del mundo, pero sabemos algo que ellos no saben y es maravilloso, sabemos que ignoramos la verdad sobre todas las cosas.
Hermosísimo, amiga. Solamente, y simplemente, hermosísimo.
ResponderEliminarNo hay mucho más para decir. Me alegra mucho leer letras tan llenas.
Precioso, como siempre un placer disfrutar de tu sensibilidad hecha palabras.
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