lunes, 5 de septiembre de 2011

... debajo del cielo la noche perfora los ojos y destruye el mundo

Todo este mundo y sus palabras de humo buscan desesperados alguna grieta en las paredes de los muros para huir de mi cuerpo y de mi voz… antes de que les dé nombre y las escupa a morir en la rueda del tiempo

Y no espero nada más que la noche más oscura para abrazarme a la muerte y ver tu imagen aparecer y desaparecer de mis silencios y así darme cuenta al final del día que ya no puedo respirar, que otra vez no hay motivos
Que desastre…  que desorden, mi corazón sin monedas para la máquina de sueños
Se desvela se deshoja y se cae de mi cuerpo como un fruto marchito.

2 comentarios:

  1. Vos sabes que yo paso y leo. A veces me cuesta comentar, suelo quedar sin habla cuando la poesía fue capaz de decirlo (casi) todo. Pero esta vez....magnífico Sabina!

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.