Todo este mundo y sus palabras de humo buscan desesperados alguna grieta en las paredes de los muros para huir de mi cuerpo y de mi voz… antes de que les dé nombre y las escupa a morir en la rueda del tiempo
Y no espero nada más que la noche más oscura para abrazarme a la muerte y ver tu imagen aparecer y desaparecer de mis silencios y así darme cuenta al final del día que ya no puedo respirar, que otra vez no hay motivos
Que desastre… que desorden, mi corazón sin monedas para la máquina de sueños
Se desvela se deshoja y se cae de mi cuerpo como un fruto marchito.
Vos sabes que yo paso y leo. A veces me cuesta comentar, suelo quedar sin habla cuando la poesía fue capaz de decirlo (casi) todo. Pero esta vez....magnífico Sabina!
ResponderEliminarGracias Hernan, un abrazo grande.
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