Dejo mi cuerpo una y otra vez, sobre la piedra
Los cuervos bajan, y ya saben…
Despierto y el cielo es tan parecido a como debería ser la muerte
Que decido no volver a verlo
La diosa me habla desde sus entrañas
Sangra a su madre y a sus hijas
Es triste saber que no tuve amor que vea en mi cuerpo
Algo más que piel o heridas
Cuando soy un pájaro, me gustan mis plumas
El aire entre ellas, la tierra suelta, las piedras y las ramas de aquel árbol que esta tan cerca de tu ventana… que hasta puedo oír que sueñas siempre y cuando no grites
Soy tan... yo misma, que si fuera un poco de los otros, o de ti… me perdería
Te dejo mi cuerpo porque esta noche, mi alma es inalcanzable
A veces mis ojos te pueden dar una ubicación del paisaje que vuelo
Pero no te pueden llevar ni al vuelo, ni al cielo
Ni a la voz de vida que decide callarse por falta de oídos vivos
Ahora el paisaje respira, se puede ver en el movimiento de las ramas
La orilla cambia su forma
Mi cuerpo, cambia su sombra, mientras transcurre el día.
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