jueves, 14 de julio de 2011

Alejarse

La palabra del hombre es fuerte como el metal, y liquida como el oleaje que arrulla la barca de Caronte. Lamento la desafortunada metáfora, pero el dolor es tan profundo como el cielo que se aleja mientras escucho las palabras filos... y la terrible voz del agua.`
Soy llevada a la noche en la mansa quietud de mi tristeza,  en la inmóvil voluntad de mis ángeles. De ambos lados de las aguas hay guerreros, de ambos lados hay dioses y plegarias. Apaga la noche al mundo, y el mundo despierta ensombrecido de distancias. Que sorda es la quietud de los arboles y sus aves, los gigantes contemplan la tormenta sin parpadear siquiera, mientras el cuerpo de los hombres se deshace en las palabras. Por dios, como quisiera ser solo el silencio, y no este desorden de sensaciones en la carne... por dios como quisiera ser el silencio, y no esta muerte  en cada exhalación al perder el alma. Ya no pasees por mis ojos, ni por mis letras, ya no frecuentes, mi calle, mi cuerpo, mi casa... dejame en la muda quietud de la noche... para que me encuentre el alba y me ame, como a la ultima hermana nacida desde el mismo vientre de la tierra y de la luz, como a la mujer que ha enfrentado al dolor con su carne... y la noche se apagara en los espejos como una simple vela que apunto de morir arde

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.