viernes, 15 de julio de 2011

... a ritmo lento sobre las páginas y sobre los días

No quiero ser la mujer que aprenda a llorarte y a hacerte el amor al mismo ritmo
Mientras el cielo del sur lleve mi nombre, ningún otro lugar será mi lugar
Aunque te llevo en el alma como el pájaro de fuego que canta para que llegue la mañana
No es suficiente que solo me duelas, o que te ame
El amor es más que el amor en sus plumas y en su cielo
Es tan profundo que aun viendo tus ojos no lo veo por allí, no está ni en tus manos ni en tus palabras
Y me quedo durante la noche buscando que sea menos noche toda la oscuridad

No quisiera seguir escribiendo, pero tampoco tengo el valor para dejar el mundo
Por eso sigo a ritmo lento sobre las páginas y sobre los días, y sobre los caminos

¿Será este el instante en que la mujer común, esa que trabaja y cuida de su hogar y su familia abandona la rutina solo por ver desde que lugar se abre el cielo y se expande la tierra?


Llevo una mochila muy cansada de ir sobre mí
Todas las esferas de mis sueños estallan como lamparitas de luz
La tristeza tiene una sutil belleza, el amor duele de forma parecida
Pero contemplarte en la distancia es más hermoso que respirar la música de la lluvia

Aun no he llegado a tus ojos, tu voz no sabe nada de mi nombre
Tu espíritu me visita desde hace miles de siglos, lo absurdo es tan preciado en noches como esta
Que con solo  unas palabras puedo domesticar el motor del mundo...  y solo crujirá nuevamente cuando acabe la noche, entonces no sabré si es triste o es hermoso haber renacido. 

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.