viernes, 11 de marzo de 2011

Yuaj: "XLVII"



Cuando te despidas de mi
el silencio sera como una tormenta de granizo sobre las plantas
el jardín sera el dolor del fracaso
las ruinas de los castillos verdes lagrimearan sobre la sombra de sus cuerpos mutilados

porque cuando te despidas de mi
habrá una luz detrás de las montañas
como un fuego azul que me anunciara que te iras alejando

y yo sentiré desde las entrañas como se desprende la vida de mi cuerpo
hasta donde se dirijan tus pasos
y allí al borde de tus pies
no habrá una palabra, porque las habrás pisado

porque cuando te despidas de mi
regresara el dolor igual al dolor que se siente cuando se despiden los sueños de las manos
los sueños de los labios
los sueños que debieron ser nubes o globos aerostáticos

cuando te despidas de mi
caeré de tus ojos
caeré de tu pecho
como un insecto muerto y despreciable
al que no le debes una mirada
al que no le quieres dar una mirada
porque que ya no sientes nada
porque no hay en ti nada para mi
ni amor, ni cariño, ni esperanza

cuando te despidas de mi
el infierno encontrara su sitio en mis ojos
y me arderá hasta el interior de mi cuerpo
buscando el rincón donde dejaste mi alma
pero ya no estará allí
porque desde que las luces detrás de las montañas
me anunciaron que te irías de mi
convertí mi alma en el perfume del jardín herido
ese que se siente aun en las hojas quebradas por el granizo
en sus retazos regados como manchas lumínicas en el piso

1 comentario:

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.