viernes, 11 de marzo de 2011

Yuaj: "LIII"

Es real, pero sabes que no existe
Y te veo detenido en mis manos 
Mientras tu cigarro crea fantasmitas que me molestan en la punta de la nariz
Hay algunos que bailando en tus dedos se suicidan en cenizas

Es real, pero sabes que no existen
Y hay aves en el jardín, algunas se parecen tanto a las flores que hasta tienen perfume y se pierden en pétalos por la lluvia

Es real, pero sabes que no existe
Brillan las estrellas en  la corteza húmeda de la noche
Como pequeñas gotas de un mar más que azul

Si tú cantas
Yo cuento sonrisas
Pero sabes que no es real, porque sabes que no existe
No estoy aquí
No estás ahí
En el lugar donde vamos cuando hacemos el amor
Hay ángeles que con sus instrumentos levantan el telón del cielo con su música
Y tú piensas que son instrumentos de cuerdas
Pero no mi amor, no, son instrumentos que suenan a latidos
Porque eso hace el amor
Eso es lo que hace el amor

Es real, pero sabes que no existe
Que cuando muera la carne
Los huesos servirán para hacer percusión
Las uñas y el cabello crecerán conforme crece el olvido
Pero nunca estuvimos allí
Yo siempre estaré en las ramas del árbol de la vida
Aun espero que me digas donde te vas cuando me miras
Porque sé que no estás ahí
Donde mis ojos te buscan
Porque mis ojos no son estos los que llevo en la cara
No son estos que ves en mi cuerpo
Mis pies… mis medios de transporte
Son las aves
Tu voz
El aire
Las ramas
Los pétalos que duermen en su colchón de lluvia
Sumergiéndose hasta desaparecer


Es real, pero sabes que no existe
Todo es una nube, un silencio
Una lágrima es toda la lluvia
Una caricia es toda la piel
Un beso amor, un beso es todo el amor húmedo y tibio
Las manos unidas en la oscuridad… ¿se te ocurre mejor ejemplo de lo simple y lo eterno?
Ese instante en que me miras, y comprendo que no estás ahí
Porque yo tampoco estoy aquí donde me miras
Estoy envolviéndote con mi espíritu
Esperando sentir el tuyo para sonreír.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.