domingo, 13 de marzo de 2011

Aun sigo aquí...



Sobre el viento galopa enfurecido el perfume de la lluvia
En la ventana canta desesperado el último zorzal de la brisa
En los ojos se mece la última hada de los cuentos de la  luna
Caen al dar las doce desde la cima de todos los posibles
Porque nunca la palabra a llegado a los labios o al cielo
Con tanto peso como lo hace el silencio al terminar el día

Esta boca que era tuya es besada por la niebla
Eso es tan parecido al dolor
Esta boca que era tuya es besada por la niebla
Eso es tan parecido al dolor

Ahora me reclama la caja de madera que lleva mi nombre desde los principios de los tiempos
Con gritos desde sus clavos cuando la voz se apaga
Mientras mi sangre  que no es el néctar que prefieren los insectos de alas
Corre por las piedras perdidas de los rituales
Mientras me  refugio en los paisajes húmedos y  me siento a llamar a  la lluvia
Porque esta noche los grillos no  harán  destellos en el silencio
Mientras mi cuerpo sea el jardín olvidado que solo visitan los fantasmas


Se me borra la luna de los lagos del cielo
Se hunde en las nubes con su vestido de humo y silencios
Como si un gigante soplara el silencio desde su pulmón de acero
Como si un diablo me hablara desde los ojos de la distancia

Y el amor se parece a una mariposa que de pronto muere
Y el amor es como un niño que esta temblando de frio
En el interior de mi cuerpo  hay campanas que no suenan
Porque están mudas de miedo
De dar un sonido y que no sean tus oídos los ángeles que respondan con su vuelo
Hasta el invisible hogar de mis cuentos
Ese lugar de magia que construir en mis sueños para poder amarte

El dios de mis manos
Busca en el cielo la canción que se oía en los jardines sagrados
El dios de mis manos
Busca en mis labios la canción del viento, el aliento de la lluvia
Busca en mi pecho el reloj de los vivos
Pero en mi todo es más oscuro y más lento
Más oscuro y más lento
Como si la vida que tengo funcionara de la misma forma que los molinos
No tengo movimiento
No hay vida en este cuerpo de lata marchita
Poco a poco me oxido
Pierdo los recuerdos de los jardines sagrados por tanta imagen repetida de tierra en sequia
Sabes que todo esto que escribo no es lo que quiero decir
Pero lo escribo, porque cuando estoy desesperada
Con esta angustia que se zambulle en mi cuerpo
Escribo porque no renuncio al perfume ni a la luz
Conocí  la lluvia de tus manos
Conocí la música de tus labios
Y ahora solo escribo
Porque no encuentro otro modo
No se dé que otro modo
No encuentro otra forma de llegar a vos


Y después de este tiempo
Vendrán los tiempos de mi tristeza
Y saldré al patio, a los jardines y saldré a ahogarme en las calles
Trataré de hundirme en los autos
Tratare de ahogarme en las llamas de algún incendio lejano
Tratare de desprenderme de mi cuerpo
Desde mis ojos y mis manos
Tratare de abandonar las sombras de mi piel


Es una pena vivir tan lejos de los ríos
Es una pena vivir tan lejos de las montañas
Es una verdadera tristeza no morir de tristeza
Que los días pasen sobre mi cuero y que no pase nada
Que el aire siga entrando en mi cuerpo
Que la sangre siga su recorrido sagrado


De que me sirven estas lagrimas
Lo único que hacen estos ojos y este pecho es llorar
Mis manos y mis uñas, mis dientes y mi fuerza
Intentan desprenderme de mi cuerpo
Pero no sucede
Sigo presa de mi piel, sigo presa en mis brazos, en mi vientre, en mis senos
Sigo presa en mí


Esta boca que era tuya es besada por la niebla
Eso es tan parecido al dolor
Esta boca que era tuya es besada por la niebla
Eso es tan parecido al dolor



No encuentro la luna, salgo a la calle y no la encuentro
Y ningún árbol quiere hablar conmigo
Decirme porque lado ir a buscarla, quizás el rio este con ella
Quizás esté detrás de alguna montaña

Mientras aun…

Sobre el viento galopa enfurecido el perfume de la lluvia
Nada de lo que digo es lo que quiero decir
Me parezco a tu silencio
Frio y húmedo
Mis lágrimas se mezclan con mi cabello
Mis manos se mezclan con el silencio
Y el dios de ellas vuela muerto de miedo
Porque él si puede desprenderse de mi cuerpo
Y yo aun sigo aquí.

1 comentario:

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.