sábado, 16 de junio de 2012

...

De qué va esto?
Tú lo sabes?
Hay quienes hablan del aire, y de la voz humana como si fueran resumibles a la tinta o al papel. Como si un libro pudiera contener la historia del mundo entero.
Mientras otros con la mirada lejana lo abarcan todo, todo lo simplifican. Y se embellece el paisaje con su contemplación muda.
Quiero encontrar un hombre que observé al mundo como si lo amara
Quisiera conocer un hombre que habite el mundo sin hacer ruido, solo música. Rescatando de los paisajes como de un estanque los instantes más hermosos. La luz. Los colores, los amantes, los niños, los silencios.

Es la hora de siempre, es el día de siempre, es el mundo de siempre.
Tengo la nostalgia de siempre ronroneando como un pequeño animal salvaje que se amansa en mi pecho, y ya no temo, no tengo miedo.
Solo quiero respirar y sentir que no hay nada que pueda perder o lamentar jamás.
Quisiera encontrar un espíritu que quiera jugar en los arboles con mi espíritu de viento.

A veces la soledad es un silencio y otras el ruido de una ciudad ciega.
Me aturde esta soledad, me hiere. Me recuerda que ya estoy perdida del mundo, por elegir el camino correcto.
Y la maldita metáfora, me da un lenguaje particular que solo aquellos que como yo se pierden, comprenden.

1 comentario:

  1. Es un camino que aleja, inevitablemente y que nos lleva a preguntarnos “¿donde está lo que era para mí?” cuando las fuerzas y la independencia no nos dan más de soledad.

    Pero entre el silencio y el ruido, dañinos por igual, de vez en cuando aparecen palabras como estas que escribiste, amiga, y que fortalecen el convencimiento de seguir adelante, haciendo lo que uno cree que está bien.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.