viernes, 8 de junio de 2012

Sagrada tristeza.

Tengo ojos para mirar
Ay sagrada tristeza, ¿dónde ir para huir de ti?
Tengo ojos para soñar
Ay sagrada tristeza que nos encuentra.

Tengo un sol dentro de ti, como si fueras mi paraíso particular.
Tengo ojos, que no ven…
Tengo manos que ya no sienten…
Tengo espíritu, pintado de verde, con sombras azules y  amarilla luz.

Tengo ojos y una sagrada tristeza que me convierte en mar,
Arena y piedras, mientras olas inmensas golpean mi cuerpo la noche entera.

Ay sagrada tristeza, ¿me vienes a visitar?
O, ¿nuevamente pasaras una temporada en mi casa y harás de mi corazón tu platillo favorito?
Sé que cenaras de mí  todas las noches.
Ay sagrada tristeza, tristeza bella que modificas los paisajes al ritmo de tu letanía
Y el aire es más aire, y el cielo es más cielo, y el silencio es como un árbol habitado por pájaros grises que no quieren volver a volar.

Me traes a mi amor tristeza, tú siempre actúas de forma similar a las tormentas… me cuentas sobre sus ojos, me enseñas su rostro. Dejas que su voz me envuelva. Luego pasan los años sobre mis días, luego pasa la vida.  La ciudad cambia, la casa cambia, el cielo lleva más humo y las calles más motores. Aun recuerdo los otros árboles, los musicales y hermosos. Ningún paisaje los tiene ahora, porque me falta un cuerpo, me falta un sueño y  me faltan tus ojos para mirar y mirarme, para reafirmarme en el tiempo, para saber que no me he perdido dentro del espacio y que estoy aquí y ahora por una razón más bella y más simple de lo que creo. 

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.