viernes, 27 de enero de 2012

Vienen a mí los que quieren venganza, los que necesitan terreno para sus guerras
Los que cansados de buscar el sol necesitan arder un poco en mi fuego


... y mi luz es apenas un espejo de tu luz
Voy cansada por la orilla, de los ríos y las montañas
Y no sé si contemplar el cielo o arrojarme a los abismos
A veces no soy solo una palabra
A veces soy la única verdad del mundo

Me duelen los ojos,  y todos los sentidos
El alma se me aprieta en los bolsillos y por las vías como en todas las canciones tristes viaja mi corazón.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.