martes, 8 de noviembre de 2011

Postales I


Tomaron el cielo, atraparon su piel con ganchos oxidados. Los desgarraron poco a poco. En cien bolsas pequeñas lo guardaron. Su interior era como una pecera oscura de nubes… un infierno de tormentas, de truenos y de lluvia explotando al ritmo de un latido ronco.
El camión aun no llegaba a la esquina, y ellos ya lo esperaban. El más alto fumaba, el más bajo miraba el espacio hueco de la noche, mientras el resto estaban sentados en el cordón conteniendo las bolsas para que no estallaran como bombas de agua en el asfalto. El camión paro. Un hombre muy cansado de su trabajo le dijo de todo con una expresión muy parecida a un gesto de perro… algo entre gruñidos y espasmos. Con eso dio a entender que no le gustaba su trabajo ni encontrarse con criaturas como ellos. El que fumaba saludo a la ceniza del aire con los labios, como tratando de absorber el silencio. Los que sostenían las bolsas se sintieron libres y vacios como el espacio de la noche, un estanque hueco por donde los sueños se caen en una dirección opuesta al centro de la tierra. El más bajo, ya no miraba en la misma dirección, a un par de cuadras trataba de entrar en un charco que aún conservaba la imagen de la luna nadando en el cielo.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.