viernes, 3 de junio de 2011

No sé de qué va esta vida.

Quiero regresar al lenguaje del rio
A desnudarme en peces y lluvia
A dormirme en las piedras


Quiero apagar mis parpados en la neblina de tu nombre eterno
Y ver si al morir la luz de estos últimos resplandores, logras percibir la imagen de mis huellas
Como pequeños arbustos, hogar de insectos, una espesura verde en la llanura muerta

Quiero alcanzar la frase rumiante, la dolorosa estación de los recuerdos
Un lugar de tablones hinchados que resuenan los pasos y los despiertan
Allí donde…  desde todo se parte y a todo se regresa

Y de la esfera, cruda paloma de acero sujeta en el cielo
Y de la luz palpitante, húmeda de sueño, mordida por el mismo veneno que la serpiente del tiempo
Caen las plumas, como hojas o pétalos de la flor mas blanca, prendida fuego en los arboles
Ardiendo un final a deshora, a destiempo
Cuando todo reloj en todo universo se detiene a mirarnos
Sé que estoy muriendo
Sé que estas cayendo
De ese jardín de pinos sombríos y perfumados verdes
De ese jardín donde las aves hablan el mismo lenguaje que los peces
De ese jardín de nubes… y de sensaciones
De ese jardín fantástico, caes, te hundes, desciendes
Y cuando tocas por primera vez el suelo después de tanto tiempo, ya no sé quién eres
No reconozco tu rostro, no me es familiar tu cuerpo, mi alma se desprende de tu nombre
Y me alejo de ti para siempre


A veces en un sueño creo ver el perfil de un hombre que ame
Despierto llorando, buscando en mis manos las manos aves
Buscando su pecho, el valle más profundo el cielo más claro
A veces en un sueño, puedo oír su nombre y aprendo a llamarlo
Aprendo un camino que me conduce a su cuerpo, aprendo a llegar hasta él

Pero en la habitación de mis sueños se oye el sonido de la lluvia, me asomo a la ventana
Y el jardín es más hermoso en la humedad neblina
Los pájaros amorosos se refugian entre las ramas por la lluvia
Hay algunos roedores apareciendo y desapareciendo en pequeños huecos de los arbustos
Las mariposas frenan sus alas, de sus péqueñas lengüitas se abren los espirales y se nutren de vida

Las nubes flamean su hermosura, dibujan toda clase de canciones
Y su movimiento es la música

Pero tú no lo ves
Entonces, mi pecho se llena de piedras, y el corazón se me hunde en el lago interior
Y las ramas de los arboles se tuercen al peso de aves negras hasta tocar el suelo y convertirse en tinta
Y esa tinta oscurece el lago y las nubes al ver su reflejo amenazado por las sombras, caen como figuras de plomo, una a una
El cielo intenta sostenerlas y el celeste se desprende de sus  extremidades dejando ver su interior más oscuro
El mundo pierde su vestido
Y su desnudez es hermosa y terrible

Pero tú no lo ves
Entonces mis ojos se llenan de tinta
Y una a una mis lagrimas son cada vez más oscuras
Y siento ahora como las aves de mi interior ya no vuelan, se caen al lago que me habita
Y se convierten círculos de la lluvia

Trato de despertarme, de recordar que estoy en la habitación de mis sueños
Mis manos están tan frías, que no sé si es la tristeza o el desamor que las muerde y las sorbe desde su soledad de huesos y piel

Trato de recordarme, pero el lago me atrae tanto, dormir en él… perderme, hundirme, desaparecer

No sé de qué van estos días
Ni estas palabras
Ni esta vida

Soy la misma mujer que conocías antes
Llevo el mismo corazón lastimado de entonces, solo que ahora las heridas son nuevas y distintas

Soy ese mismo ser, deseando encontrar en alguna mirada la mirada que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo

No sé verdaderamente a donde mi dirijo, tengo hermanos, padres, infierno y cielo en algún lugar del mundo

Pero me faltas tú, en todo, en todo lo que  tengo, y en todo lo que miro

Nada consuela el desamor
Es el dolor de eternidad más profundo

Y aunque me ame, a mí,  y a mis dedos fríos, y mi modo de andar pausado bajo los árboles y distraerme en cualquier figura de la sombra o de la luz… sin tu presencia amor mío… no es lo mismo.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.