Esta voz del rocío que se trasparenta en la hierba.
Esta forma de brillar de la angustia.
Este río de pesares que mueve las rocas profundas.
Vendrán como la flor de la memoria
A deshojar sus perfumes sobre las manos ardientes de la música.
Vendrán con los talones desnudos de voluntad de lluvia.
Y el martillo del recuerdo convierte mi cabeza en un clavo que se tuerce.
Y el mundo en la madera en el que me hundo.
Pierdo extremidades.
Soy solo ese metal vertical, que responde a los golpes del martillo.
Retorno a la musa de la sombra.
Retorno al néctar de las necesidades diurnas.
La primer bebida desde la fuente de las delicias.
Retorno a los monumentos a los dioses de los descuidos
Que sonríen desordenados en una plaza.
Amanecí en la última hora en que la ventana se convirtió en portal del sol del pasado.
Amanecí en la primera hora de lluvia.
Mañanita fría que me encuentra acurrucada en mis angustias con formas de mantas abrigadas.
Y todo mi jardín de manzanos y azahares quedo del otro lado del puente de magia.
Y todo mi jardín de limones naranjas, y esferas transparentes quedo del otro lado del labio del mundo.
Tan distante de mis pasos de agua.
Hola... Soy Patricia, docente de la Ep 23, y coordinadora de contenidos de la publicación Blog Docente...Me gusta mucho esta expresión en forma de literatura. Mezcla de letras, sentimientos y naturaleza. Me gusta mucho tu estilo
ResponderEliminarQuisiera preguntarte si nos permitirías publicar esta poesía "EL recuerdo que golpea mi cabeza", en nuestra revista
Espero tu respuesta a mi correo
Gracias desde ya...
laverdadnoescuestiondesuerte@hotmail.com