domingo, 7 de febrero de 2010

Todo equivale a una lágrima y a una sonrisa.

Extraño la flor del cedron en mi patio.

La mato una helada y un desconsuelo.

Un odio que se filtraba en la mirada del desamor.

Un vacío de fresas en los labios rotos.

Ayer oí caer otra vez, esa gota del néctar de los soles que nos miran

… sí, a veces nos miran sobre las nubes.

Abrí las ventanas de mis miedos

Y los deje salir.

Allá a aquella distancia, otra vez como una ave de cenizas.

Todo es una pincelada y una lagrima.

Todo es como un antojo de gajos de naranja que se escurre en la boca.

Tu sabor se parece a mí.

Mi sabor se parece a ti.

Mi color es tu color en la distancia.

Y esta piedra verde,

Me transforma en eterna también a mí.

Cuando quieras olvidarme, solo tráeme de nuevo ese miedo.

Y volveré a mi caja perfumada de estaciones en el recuerdo.

Cada viaje tiene promesas que tiran desde su destino con hilos de oro.

Cada pestañar en su guiño a la luna que ya sabe de nosotros.

No me pidas que te olvide,

Ya tire las llaves de esos temores.

Estas aquí, un tatuaje sobre el alma.

Un tatuaje que revive en la distancia si me nombras.

Tengo un pasaje en la mano.

Directo a tu sueño, sin escalas.

Tiene dibujado un arbolito de tesoros rojos.

Quisiera decirte tantas cosas… pero todas equivalen a una lagrima y a una sonrisa.

3 comentarios:

  1. un final contundente:

    "Quisiera decirte tantas cosas… pero todas equivalen a una lagrima y a una sonrisa"

    :)

    besos

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  2. Un pasaje directo a tu sueño.
    Un fruto rojo en la boca.
    Una esperanza que no se equivoca.
    Un relampago tatuado.
    Una ilusión en vena.
    Un tesoro que vale la pena.
    Tu voz propagandose en el vacío.
    Tu luz desembocando en aurora.
    Las esperanzas rotas arden en esta hogera.
    De luna nueva.
    De adios a los temores.
    De exilio de los miedos.
    Fuera.
    Aqui no tienen lugar.
    Donde arraigar.
    Aquí solo hay un puente.
    Entre dos soles.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.