Voy dentro de mí, viajando asía al sur, desde la emoción.
Encuentro en mi el viajero de luz,
Que todos llevamos esperando a despertar
Y tomo una decisión, sin saber qué es lo que vendrá.
Morir o avanzar.
Avanzo asía mí, camino en dirección de ti
El universo es una palabra resumible a la voz.
Cuando crees que no estoy, búscame en los arboles.
Soy mucho de mí, todo de vos.
Reflejo y color.
Como una canción, así es el camino.
A buen ritmo.
A buen ritmo.
Latido, y silencio.
Me abstraigo de todos y llego a mí.
No quieras querer este corazón, lo ha dicho Alfonsina desde el agua.
Con sus ojos oscurecidos de mar.
Voy hasta lo imposible, atravesando luz.
No quieras despertarme, déjame dormir.
Que la noche es muy profunda en los paisajes del sur.
Hay una piedra que habla, desde su textura.
Su piel me cuenta del frio, y de sus heridas.
Por el tiempo en que ella calla, los silencios se convierten en vidas.
Un grillo como una campana, despierta el mundo.
Es el gallo más pequeño de mi mundo.
Un grillo como una campana, despierta el mundo.
Es el gallo más pequeño, para un sol diminuto.
Para los pobres nunca hay nada mejor que el amor, para sentirse ricos.
Mientras otros se desenamoran comprando el mundo.
Para nosotros no hay armas más poderosas que nuestros propios latidos.
Oír tu pecho, saber que existes, que puedo contar contigo.
Que en la noche más profunda y quieta.
Respiraras conmigo.
Voy, dentro de mí, viajando al sur de la emoción.
Siento, vivo.
Soy el latido del mundo.
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