No fue en el bosque
Ni al borde de un lago ni de un precipicio que me salvo
Fue entre dos letras y un silencio y una leve respiración
Las palabras acudieron como el agua a un incendio
Los vehículos rojos volaban en auxilio
Mi alma ardía
Y no era el infierno
No era el cemento desmoronándose desde los edificios
Era mi mente jugando con mi vida
Todos los días
Día tras día
Y no fue en un bosque
No fue en el cielo
Y no será esta la mejor poesía
Pero es que hace un instante me salvo el ángel de los principios
Que nadie me acuse de pesimismo
Pero a mí se me terminaba la vida
Hasta que el rose de sus alas
Me recordó el sabor de los sonidos
La ubicación de mis labios
Las coordenadas de mi alma
Y todos los colores de mi espíritu
Que alguien le escriba una canción
Al ángel de los principios
Que mi voz es para los sueños
No para los despiertos que andan como dormidos
Gracias ángel mío
Me has devuelto un suspiro que había dejado sobre las manos del alba
Después de una noche en que se me fueron las ganas
en que me ardieron los ojos de tantas lagrimas
y rodé por la ciudad muerta en vida
... ahora las cosas siguen parecidas
Pero tengo voz para gritar, aullar, maldecir
y recitar mi poesía a todos los espíritus.
Merecer la visita del ángel es sin duda motivo para volverse hacia la vida con ganas e ilusiones renivadas.
ResponderEliminarUn abrazo