sábado, 19 de febrero de 2011

Maldita biografía del silencio IV

Ya no está.



Es porque donde estaba el mundo, la arena ha liberado su naturaleza
Cubierto los edificios
Las calles, los autobuses
El metro, los ríos, todos los canales
Incluso las pequeñas lagunas

Y yo que vivo en un barrio de buenos aires
En el interior de un cuerpo oscuro
Una empresa de lamentos, me envía todas las facturas
El buzón está lleno de mis gritos

Y yo que vivo en un barrio de buenos aires
Lejos de los fuelles de la capital y sus aullidos
Camino, hablo con los arboles
Y a veces con los vecinos
Pero el desierto también llega
La arena de las horas vacías

Y los trenes se enredan en sus vías
La gente se enreda en su sombra
Los arboles se enredan en las flores que fueron sus lunas
Mis ojos se enredan en tus silencios

Y tú te cuelas en mi poesía
Y vos te enredas en mi poesía
Y vos siempre vos te enredas en mi poesía
Y vos, mi silencio
Y vos, la mirada fría detrás de las cortinas
Y vos, toda mi poesía

Y bajo escalones desde las nubes
Saco pasaje al infierno
Busco mi rostro entre los otros rostros conocidos
Mi nombre es el lamento entre las llamas
Y vos, toda mi poesía
Vos, toda mi poesía

Como si nombrarte te dibujara frente a mis ojos
Como si al verte la ilusión de tus ojos, me hiciera creer que me miras
Y que al verme me entiendes, entras en mi mente, desciendes por mi cuello
Liberas mi garganta
Llegas a mi pecho y escuchas la voz de mi alma, y a toda su poesía

Y vos sos mi silencio
Y el desierto que crece sobre mis días
Y vos sos mi poesía

Aunque buenos aires siga enamorado de la luna
Aunque la luna siga en el empedrado
Jugando a que es un charco entre las piedras vacías

Mi barrio no comprende de lunas, ni de geografía
Los arboles no entienden de limites
Y desde la vereda se cuelan por mi ventana

Tu energía no entiende de límites y desde tu cuerpo
Se enreda en mi poesía
Tú te apareces en las páginas de mis manos
Como la suerte que me anuncian sus líneas
Vos sos mi poesía
Vos la luz y la sombra de la arena que prepara las tormentas de mis nuevos días

Observo las paredes y el cielo es de agua para todo el mundo
Es el mismo océano en que los ojos se suicidan
Observo mis manos
Y el vacio

No puedo tapar ningún sol. Ninguna herida.
Mientras los arboles sean los dioses que me acompañen
En esta soledad de luces y espejismos

Veo mi rostro en los charcos
Mis lágrimas en las esquinas de las hojas
Antes de que comience la lluvia
Alguien apago la música
Vos acabas de entrar en mi poesía
Estas dentro de mi poesía
Eres mi poesía

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.