Ya no está.
Es porque donde estaba el mundo, la arena ha liberado su naturaleza
Cubierto los edificios
Las calles, los autobuses
El metro, los ríos, todos los canales
Incluso las pequeñas lagunas
Y yo que vivo en un barrio de buenos aires
En el interior de un cuerpo oscuro
Una empresa de lamentos, me envía todas las facturas
El buzón está lleno de mis gritos
Y yo que vivo en un barrio de buenos aires
Lejos de los fuelles de la capital y sus aullidos
Camino, hablo con los arboles
Y a veces con los vecinos
Pero el desierto también llega
La arena de las horas vacías
Y los trenes se enredan en sus vías
La gente se enreda en su sombra
Los arboles se enredan en las flores que fueron sus lunas
Mis ojos se enredan en tus silencios
Y tú te cuelas en mi poesía
Y vos te enredas en mi poesía
Y vos siempre vos te enredas en mi poesía
Y vos, mi silencio
Y vos, la mirada fría detrás de las cortinas
Y vos, toda mi poesía
Y bajo escalones desde las nubes
Saco pasaje al infierno
Busco mi rostro entre los otros rostros conocidos
Mi nombre es el lamento entre las llamas
Y vos, toda mi poesía
Vos, toda mi poesía
Como si nombrarte te dibujara frente a mis ojos
Como si al verte la ilusión de tus ojos, me hiciera creer que me miras
Y que al verme me entiendes, entras en mi mente, desciendes por mi cuello
Liberas mi garganta
Llegas a mi pecho y escuchas la voz de mi alma, y a toda su poesía
Y vos sos mi silencio
Y el desierto que crece sobre mis días
Y vos sos mi poesía
Aunque buenos aires siga enamorado de la luna
Aunque la luna siga en el empedrado
Jugando a que es un charco entre las piedras vacías
Mi barrio no comprende de lunas, ni de geografía
Los arboles no entienden de limites
Y desde la vereda se cuelan por mi ventana
Tu energía no entiende de límites y desde tu cuerpo
Se enreda en mi poesía
Tú te apareces en las páginas de mis manos
Como la suerte que me anuncian sus líneas
Vos sos mi poesía
Vos la luz y la sombra de la arena que prepara las tormentas de mis nuevos días
Observo las paredes y el cielo es de agua para todo el mundo
Es el mismo océano en que los ojos se suicidan
Observo mis manos
Y el vacio
No puedo tapar ningún sol. Ninguna herida.
Mientras los arboles sean los dioses que me acompañen
En esta soledad de luces y espejismos
Veo mi rostro en los charcos
Mis lágrimas en las esquinas de las hojas
Antes de que comience la lluvia
Alguien apago la música
Vos acabas de entrar en mi poesía
Estas dentro de mi poesía
Eres mi poesía
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