En mi piel arden los cristales
Como filos de los ojos que me ven pasar
Mientras mi cuerpo es la barca que me traslada
Por las tristes aguas de la noche
Camino en la calle alumbrada de latas
Como si andará en el mar
En mi voz tiemblan las oraciones
Se resbalan de mis labios para caer en la angustia de mi pecho que es como el murmullo herido de una paloma inútil.
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