lunes, 18 de enero de 2010

Yo tengo la flor


Perdón...


Cuanto lo siento, me confundí en la tormenta

... como la paloma,

Que no era paloma, que no era canción.

Con cuanta prisa nos despedimos.

Resumo mis disonancias sobre tus ecos,

Sobre lo que aun recuerdo en la mañana.


Te dije que yo tenia la flor, pero vos solo hablabas del perfume de las cosas.


Te mire en silencio, sonreí con el rostro casi en mi propio pecho.


Estamos siendo observados por el mismo amor.

Pero tenes los ojos en otro lado … cada que te mira ... parpadeas,

Te pierdes de ver el brillo, poderoso, letal, fueguino

... de sus ojos en reposo sobre el aire que te perturba con el perfume.



Yo tengo la flor.


Perdón...


Cuanto lo siento, a mitad del puente perdí mi sombrero para suspirarte mejor.


Aveces quiero mis ojos los de antes para no verte de lejos.

Esa llama sonroja mis parpados y sobre mis ojos los telones de fuego me dicen cual es tu dirección.


¿Cuantas veces dije tonterías, no?

…entonces trato de entender esto, te dije con todas las letras lo que nadie dice

... y no lo voy a repetir aquí



Esta pagina esta llena de huecos…

Quise que fueran lagos,

Son apenas unos charcos donde saltan mis silencios.


A cada silencio que cae en el charco, tengo un secreto menos.




2 comentarios:

  1. "A cada silencio que cae en el charco, tengo un secreto menos."
    a cada palabra que leo, cada voz que oigo, sumo un recuerdo, mi memoria se construye a golpes de ausencia, a sombras desatadas... pasaste por aqui?
    me parecio ver una sombra disimulada...

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  2. Uhh, muy bueno.
    ¿Los silencios salpican cuando caen en los charcos? A mi me ocurrió una vez.

    Saludos :)

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.