Todas las noches, me mudo del cuerpo. Viajo al silencio.
Allí… una vibración eterna me guía, marcándome los pasos y los sueños. Por ella se cuando despertar o dormir.
Entre las nubes no percibo mi forma, soy un poco de oxigeno y un poco de luz.
El árbol se refleja en el agua y se recuerda, y me recuerda.
Lo veo reflejarse y te recuerdo a ti.
Todas las noches abandono este paisaje, al cerrar los ojos el mundo se invierte o se endereza.
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