domingo, 27 de junio de 2010

No lo diré


No quiero preguntarme esto

No quiero hacerme esta pregunta

O no quiero responderme en realidad

Temo… que la noche…

Sí, temo que la noche

Pero también temo que el día.

El silencio desplegó las alas de mi cobardía

Ahora me callo.

Mis manos en mi boca cierran los portales.

No lo oirás.

No lo diré.

Pero esta ahí en ti… en mí, en la luna

Un fuego.

Una luz tan grande, como la herida del mar en la tierra.

No quiero preguntarme porque estas en el viento.

Porque estas en la noche y eres la herida del día.

Por que estoy en tus ojos atrapada en el tiempo de los recuerdos

De paseos solitarios en el parque de las tardes frías.

No quiero la respuesta a la pregunta de la muerte.

Ni la respuesta de la vida.

Y esta negación a mi dolor antiguo, se refresca en el néctar de mis nuevos suicidios.

Me muero cada noche.

Me matas cada día.

Revivo en las preguntas que no quiero hacer.

En el silencio espectral del vacío.

Siempre a mi lado la sombra de lo que no soy.

Siempre a mi lado la sombra de lo que pudo ser.

y ese… ¿y que tal si?

Llego al después de su propio ser.

La pregunta cae del árbol.

Inmadura fruta de la fe.

Verde angustia, en la nostalgia de un sueño, herido en sus esquinas.

…sabes tengo también herida el ala de mi sonrisa.

El agua, rompe círculos por las piedras, ahora son estallidos en la superficie.

Cada mensaje rompe el espejo líquido.

Cada lágrima hiere el sendero de las mejillas.

Ahora la línea tibia, rompe la noche.

La ventana de mi alma, chilla por sus bisagras.

Hay una tormenta interior.

Todos los infiernos.

Los inventados y los reales.

Los de los cuentos y los de la Biblia.

No me dan tanto dolor.

Este fuego de las preguntas que callo.

De las respuestas que niego.

Las maletas en la puerta.

Mi herida de luna en el borde del balcón.

Descalza caminando el precipicio de un sueño.

Caí, caí, sin que se abran las alas a último momento.

Sin que un dragón de nubes socorra mi muerte.

Sin que una cuerda desde la altura retenga mi vida.

Caí.

Y eso es dolor.

Caí de mí, de ti.

De todos.

Y tú no dices que no es cierto.

No me ves el suelo.

Estoy en el suelo.

Aun cayendo mas hondo que la superficie de la tierra.

Atravieso el espacio.

Y depende el lugar desde el que me observas creerás que vuelo.

Pero en realidad, aun estoy cayendo.

De mí, de ti,

De un sueño.

5 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. no quiero tener el poder,
    hoy en vida no quiero ser yo quien sea el orígen de la palabra,
    la fuente de poesía hiriente,
    no quiero ser el pie que te ha hecho caer,
    ni quiero ser el vacío que te mantiene sin suelo,
    cayendo de mí,
    de tí,
    de nuestro sueño

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  3. HOLA!!!!!!!!!

    Como siempre este blog, parte de mis bujias y mis pistones para mi recarga interior

    Que precioso es esto que escribes por dios!!!!!!!!

    Gracias por publicar:)

    STAROSTA
    (UN PRODUCTO DE TU IMAGINACION)

    PD: Humildemente te dejo este link por si algun dia, por error o azar caprichoso del destino lo quieres vistar:

    http://www.slideshare.net/STAROSTA1000/bosqueletras

    Yo valoraria tu opinion y me cubriria con ella, como un manto sagrado.

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  4. Es el vuelo, no la caida lo que te sostiene
    lo que en ti abre alas al vacio
    ese estrellar como lagrima en el agua
    y traspasarlar
    mirarla caer
    atravesarla
    como si la caida (o el vuelo)
    no tuviera limites
    porque asi fue el deseo
    lo que forma preguntas en tu boca
    tus labios que se quedaron
    sin decir nada
    porque nada pudo detener
    tu caida
    ni tu vuelo
    ni el instante

    pero aun permanece
    tu esfera
    que sigue volando
    hacia otra atmosfera
    donde
    el hechicero
    no sera la noche
    de tus ojos en el espejo
    sino la luz de tu imantada
    fantasia que corre sola
    como una esfera nocturna
    en busca de su lago
    de ese arbol
    donde hacer nuevos
    conjuros
    en tus pechos
    en tus cintura
    en tus manos
    por fin renovadas.

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  5. Anonimo, amigo, muchas gracias.

    Starosta, paso y dejo un comentario, siempre paso a leer. Un abrazo.

    Gab, mi amigo, muchas gracias por tu regalo, es un placer leerte siempre.
    Un beso enorme.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.