Por que no puedo ignorar la escalera que se pone a mis pies.
Ni el puente que se abre a mis pasos.
Ni la nube de sobre mi cabeza.
Ni el pozo que se abre debajo.
Porque no puedo evitar el perfume, ni el sonido.
Porque aunque diga hasta aquí.
Algo me llama desde aquel árbol, y cuando me acerco, veo este hermoso pájaro.
Un poco ruidoso, de fabulosas plumas, y mirar extraño.
Y cuando ya había dicho hasta aquí.
El pájaro abre alas, vuela, se aleja.
Atraviesa las nubes las colinas y las distancias.
Y yo me quedo mirando.
Y veo una nube con forma de barco.
Camino pensando en el barco.
Una vecina me saluda, casi sin saludarme.
Un movimiento de su cabeza, una sonrisa tímida de costado.
Me deja pensando.
Escucho otro sonido distante, otra escalera me cae delante, subo, subo.
Al final, caigo.
Caigo y pienso, caigo por estar pensando.
No despierto por que no quiero, o porque no estoy soñando.
Otra vez un puente, otra vez el pozo, la nube, ahora veo un lago.
Pienso… ¡otra vez un lago!.
Ya no quiero caminar.
Ni pensar, ni subir escaleras.
Me recuesto por un árbol.
¡Un árbol!
Si, otra vez un árbol, otra vez un árbol.
Un pajaro, me mira vuela, se aleja, lo sigo, me quedo pensando, la vecina no aparece.
Aparece un hombre extraño, me mira sonrisa plena, me extiende una mano.
No pienso.
Respondo con un abrazo.
Yo ya te he extendido mi mano, y no has dado respuesta como esta, claro mis intereses iban mas allá de eso.
ResponderEliminarpero mujer, es que eres tan bella como tus poemas, como para no tentarse.
un abrazo si es que alguna ves me dejas.
Anónimo(J), mira que reconozco tu nombre aun cuando no firmas.
ResponderEliminarserá mejor que te busques un seudónimo, para no confundirme luego.
ya sabes que soy muy distraída.
y sobre lo del abrazo, amigo, siempre nos abrazamos que dices?