Aunque me pidas el corazón de la noche.
Con su sangre oscura, latiendo su fulgor de tinta.
Aunque me pidas el corazón de la noche.
Domesticado a la muerte de desaparecer en el día.
Aunque me pidas mis labios, en el corazón de tu noche.
Sobre tu frente, o sobre tus manos.
Aun que me pidas la luz de mi vida.
No insistas.
Ya sabes que nada tengo, que todo te lo he dado.
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