domingo, 28 de febrero de 2010

Amanece

Mis manos.

Se hunden en mi cabello.

Buscan sentir mi cabeza.

Debajo de esta sombra.

De estas cortinas.

De brillos y de ondas.

Mis manos se hunden en mi cabello.

Mis dedos buscan mi cráneo.

Quiero arrancarme una idea.

El violín arranca paso a paso.

A cada respiración.

Un paso menos de distancia.

Desde la cuerda.

Que sostiene mis entrañas con el silencio.

Jala.

Una y otra vez.

Jala.

Me sacudo frenética.

Pero no me muevo.

Grito.

Lloro.

Imploro.

Pero no me muevo.

Apenas miro la sombra.

Sin levantar del todo los parpados.

Que quedan suspendidos,

Sobre mis ojos.

Como a mitad de persiana.

No levanto la cabeza.

Mis dedos se enredan en mi cabello.

El violín empieza gemir.

El sonido es una gran navaja.

Me alcanza.

Veo quemar mis piernas.

Respiro el aroma de carne quemada.

Pero no me muevo.

Pero no me muevo.

Amanece.

sábado, 27 de febrero de 2010

Lo dijo mejor Sabina.


Es porque llegue cansada.

Y con la sonrisa… apenas asomándose de un bolsillo.


Es por que caí a mitad del camino.

Y se lastimo la suerte de mis palmas y mis rodillas.


Porque perdí un zapato, mi zapato perdió una calle,

Y me encontré desnuda y sin abrigo.

En la calle en que los faroles dan sombras que se dibujan en la luna.


Es porque no alivio el sueño en mi almohada, por que esta llena de vidrios.

Que se pegan a mi rostro y se enganchan de mis sueños cuando respiro.


Por que baje de la cima de mis miedos, con una bolsa de tonterías para darte.


Una bolsa de te quieros en papeles amarillos.

En boletos de tren…

En papeles de caramelos de limón y chocolate.


Porque le dije a mi árbol de preguntas, que se callara.

Cuando el viento me acerca tu perfume.


Por que me desnudo en la orilla.

Y mi vestido cae y se siente también desnudo.

Sin la piel que lo vista.


Por que mis pies, se pisan a si mismos, de vergüenza.

O de graciosos.

O de sorprendidos, por las sonrisas que encuentro.

Correspondiendo a mi sonrisa.


Porque tengo un lunar en la cima de mi vientre.

Justo a mitad de mi cuerpo, debajo de mi ombligo.


Porque no se si mi seno izquierdo es mas pequeño.

Si me duele una muela, o si se me rompió una uña.


Por que se me enreda el cabello en las preguntas.

Y los nudos forman arañas, que no son ni feas ni dicen profecías.


Por que si junto todos mis temores, puedo hacer un castillo de naipes

Y liberarme de ellos de un suspiro.


Porque como siempre no estas conmigo.


Porque como siempre no estas conmigo


Porque como siempre, duele abrazarse a mi centro

Y que tú no escuches estos sonidos.


Porque cuando me convierto en alondra

No se donde esta mi nido.

Y me convierto en un ave sin memoria

Que nuevamente se queda en el piso.


¿Es por eso?

¿Será por eso?


¿Será más de lo mismo?


¿Será que las hormigas que no quiero marcan un camino?


Y yo… que quiero ser cigarra.

Aunque me llegue el invierno.

Y apague mis sonidos.


Es por que no te pienso, y te pienso.

No te olvido, y te recuerdo.

No te necesito y sin embargo eres mi más gran alivio.


Porque las palabras son puentes y las letras son hilos.

Y enlazare a la luna para decirle al oído.

Lo que no te digo

Lo que no te digo.


¿Es por eso?


Que beberé de tus besos esta noche.

Que acercare sin temores, mis labios a tus oídos.

Que te hablare en los idiomas que invento para acercarte y para ganarle al vacío.


¿Es por eso?


Que beberé de tus besos esta noche.

Aunque ya se como termino Ícaro.

Y si se incendian mis alas cuando amanezca.

Tu beso me dará el alivio.


De estar perdida a mitad de las aguas.

Sin alas sin recuerdos, y como siempre.


Diré otra vez….

Tú no estas conmigo

Tú no estas conmigo.

no estas conmigo.


Y si despierto en mi cama naufragando en el fantasma de mi sabana.


Me convertiré en un hibrido, acercaré mi boca a mi a oído.

Y me diré…

Él no esta contigo

Él no esta contigo.

Él no esta contigo.


Y sin embargo… lo dijo mejor Sabina.

Y sin embargo lo que él dijo, lo repito.


Y sien embargo: Te quiero.


Y bebería de tus besos aunque no estés conmigo.

Y bebería de tu sueño mi propia muerte.

Mi propio olvido.

Y daría mil vueltas, con esta cuerda inútil de versos al mundo.

Para exprimirlo.


Esfera inútil, extraño estadio de mi delirio.


¿Será por eso?


Porque ya es tarde, tengo sueño.

Una mitad de mi cama esta fría.

Un todo de mi alma tiene frío.

Desangrarse en letras me dará una anemia.

Que solo sanara tu abrigo.


Y beberé de tus besos aunque no estés conmigo.

Y me introduciré en tu sueño

Aunque al despertar… ya no estés conmigo.


En un lago, en el cielo, en el sueño o en el infierno. Siempre te encuentro.

Será que me hundí tanto.
Que caí tan profundo.
Que mordí tanto mi dolor.
Que llegue a este lugar… de líquidos y huesos.
De brazas y de lenguas.

Será posible que tú también hayas caído.
Que estés compartiendo infierno conmigo
Caja, sepulcro.
Encierro,
Agua y flor.

Las frutas y las flores de mi pecho
… Si no te las doy se pudren.

Se funden.

Cambian el color de mi piel
Cambian el timbre de mi voz
Cambian las articulaciones de mis huesos.

Me falta aceite soy de hojalata.
Estoy oxidándome en las profundidades de este dolor.

Pero… si es como tú dices.
Tomaremos maletas desde las entrañas.
Tú dirigirás la barca.
Y la luna será la luz necesaria
Aun en el centro del infierno.
Aun entre calaveras y demonios,
Disfrazados de amigos buenos.

Miraremos a los ojos de todos lo espectros
Ya conocimos suficiente dolor.

El dolor de la distancia
De los besos secos
De los horizontes sin sonrisas
De las canciones de despedida
De los cuartos sin luces de mesa.
Para alumbrar los perfiles de este amor.

La salida es un rumor en la superficie.
Un deseo con forma de guitarra.

Una canción que acuna la esperanza.
Un camino común para los dos.

Un poema inmenso de heridas fue el camino al infierno
Un poema repleto de besos es el acenso.


Y te dejo un beso y te dejo un canasto de sueños.

Pero los llevo de mi brazo izquierdo.
De mi mano derecha va tu mano.
Conduciendo mi canción.

jueves, 25 de febrero de 2010

Solo tengo este cuerpo.

Solo los silencios que escupo desde las pestañas

Saben de estos dolores que estallan en piedras lunares.

Al fondo de luz de mis ríos mudos.


Anoche pensé en ese río oscuro.


Las verdes golondrinas.

Apostaron sus plumas al viento.

La noche.

Es otro mar violento sobre mi cuerpo.


Yo no soy de piedra.


Yo no soy de arena.


No soy de cemento,

Ni de acero.

Ni de madera.


No tengo garras,

Ni escamas.

No tengo manchas.

Ni rayas.

Ni franjas.


Tan solo… tengo este cuerpo.


Cuanto lo siento.

De verdad, lo lamento.

Cuanto lo siento.


De las aguas de mis miedos.

Se abren las olas de la muerte y el recuentro.

Portales de mi universo.


Todo el mundo contenido en el hueco de tus manos.

Entre mercurio y Apolo.

Absurdo juego de líneas.

Que no me dicen por quien lloro.


La angustia salta y abre el pecho

… Como tantas otras veces.

Yo tengo la culpa.

Yo amarre mi corazón a mi pecho.

Yo amarre mi corazón a la voz de este silencio.

Que te busca en las melodías.

Entre los vasos de esta mesa desnuda de desayunos

Entre las tazas muertas del desconsuelo.


Los fantasmas hacen rondas, me jalan del cabello.

Algunos se divierten saboreando mi cuerpo.

Siento bocas y manos sobre la piel y sobre el espíritu

Uno de ellos pasa su lengua por mi cuello

Y me congelo.


Me siento tan ajena de mi cuerpo.

Cuando intento volar.

Me acerco a las orillas de mis miedos.

Intento saltar.

Pero solo elevo un poco los talones.

Pero solo flexiono un poco las piernas.

Nada me aleja del suelo.

Solo mis sueños.

Solo mis sueños.


El océano me devuelve sus tesoros.

En forma de amuletos.

Una estrella dibujada en mi cuerpo.

Otro lunar para mi espalda.

Otra línea surcando mis labios.

Otro grito desgarrado de sirena.

Desciendo desde mi pecho.

A mi ombligo.

A mi vientre

Y a mi sexo.


Me cubro por un momento.

La desnudez me persigue en imágenes.

De mi cuerpo vulnerable entre las piedras.


Imposible no terminar rasguñada.


Imposible no terminar desgarrada.


Imposible no intentar.




Mi cuerpo es el ancla.

Del barco de mis sueños.

Es lo que me retiene.

En el fondo del mundo.

En la oscuridad de mis pensamientos.

Hace frío en algún lugar de mi cuerpo


Nada fuera de lo normal.


Me miro el despeinado que llevo en las vidrieras.

Mis pasos molestan a las hojas que duermen en el suelo.


Mis brazos a veces en los bolsillos.

A veces jugando en el aire.

A veces salto las baldosas.

A veces me detengo si me atrapa algún aroma.


Veo loros en las palmeras de la plaza.


Me río.


Pienso.


…loros.


…palmeras.


Camino nuevamente.

Sigo molestando a las hojas

Que duermen en el suelo.

Entre ellas duermen los duendes.

Por eso no quiero pisarlas.

Las voy a arrastrando.

No quisiera pisar ningún ser mágico.


Nada fuera de lo normal


Hay abejas cuando llego a mi patio.

Mi perro no sabe si ladrar o llorar.

O seguir persiguiendo su rabo.


Ahí… frente a la puerta


Nuevamente… dudo.


Decido no entrar.

Me voy de paseo por mi mente.

Y por mi barrio.


Un rato más.


Un día más

Una vida más.


Ocupo mi cuerpo con estas sensaciones, de verano viejo.

Verano gastado.

Verano vencido por su propio sueño.


Hace frío en alguna parte de mi cuerpo.

No se si en mis dedos.

O en mi pecho.

Hace frío en alguna parte de mi cuerpo.

En algún lugar del mundo o en muchos esta lloviendo.

Como llueve en mis pensamientos.

Como llueve en mis recuerdos.

Este es el momento.


Ahora.

Que reviente,

De una vez por todas.

Este absurdo globo.

De mis condicionamientos.

De mis temores cotidianos.

Que rompa en olas,

Sobre las rocas de mi rostro.


Que no me importa afuera,

No me importa.

Nadie sobre mi cabeza.

Solo me importa mi luz.

Mi propio horizonte.

Que rompa en vidrios.

Que desangren mi cuerpo.

Cuando me caigan encima.


Ya no te espero.

Estas en todos lados.


No te puedo esperar.

Estas en todos lados.


Espera.


Que me desnudo el pecho.


Espera.


Que me suelto el cabello.


Ahora.


Dispara.


Hunde tus balas.


Mátame.


Destruye mi sonrisa.

Con esas garras de fuego.

Con esas uñas amargas del desconsuelo.

Muerde sobre mi cuello.

Desprende tu veneno.


Destrúyeme.


Espera, espera.


Mátame despacio.


Quiero perderme en tus ojos cuando muera.

Quiero respirar de tu boca.

Mi silencio eterno.


Ya estoy muriendo.

Pierdo mi mortalidad.


Ahora seré eterna,

Desde tus besos.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Esto es así…


... bueno esto es así.

Yo me desgarro… claro.

Sangro.

Me duele aquí, allí.

Pero… bueno

Esto es así.

Yo quise permanecer,

Y no tomar armas sobre mi piel.

Quise sostener mi antorcha de penas.

Sobre el fuego de las tristezas.

Y el desamor que intento y no puedo

Alumbrar.

Corro por las cavernas de mis propios sueños.

Pero la oscuridad abraza,

Marca su bandera, crucifica, condena.

Lastima, aun, sobre las heridas.

Sobre mi alma.

No queda sitio sin herir.

Y tengo el alma oscura..

Y siempre lo digo son moretones

Esperen que el dolor pase.

Y de estos vidrios, se apartara el humo.

Y se vera la luz.

Yo espero que sea así.

Como es arriba es abajo.

Puedo tocar el cielo,

abrir de par en par el cielo.

Pero también me sumerjo

caigo en tierra,

me hundo en los pantanos

Tropiezo con las grietas y caigo.

Y me lastimo aun sobre las heridas mientras caigo.

Pero… bueno, esta bien lo sé.

Lo sabía.

Siempre es así.

Yo quise salir

Con mi rostro desnudo

Sin maquillajes sociales.

Y gritar.

En el silencio de los rostros.

Que me miraban sordos.

Y gritar.

Yo estoy aquí.

Este es mi color.

Esta es mi boca.

Este es mi corazón.

Vibrando entre las venas de la tierra.

Yo sé.

Que mi antorcha,

No sirve en cuevas tan oscuras,

Porque el aire es muy frío.

y no puedo contener la luz.

Por que salí sin abrigo.

Y mis pasos se congelan.

Por que se cansan mis piernas.

De andar desesperada buscando alguna estrella.

... Igual, no te preocupes

Tambien sé,

Que en algún lugar… estás.

Me falta alegría


Voy a la alacena

Y me preparo un submarino.

Le sonrío a la taza,

Que me mira con cara de sorprendida.

Por mi sonrisa.

El azúcar me advierte

Que es perjudicial para mi salud.

El chocolate se hace el tonto,

No me dice nada.

Le encanta deslizarse por mi boca.

Me falta alegría,

Salgo hasta el jardín arrastrando mucho los pies,

Y mi perro al ver, que camino así

Comienza a masticarme las botamangas.

Entonces me empiezo a reír.

Me falta alegría,

Salgo a la vereda y charlo con mi vecina,

Le pregunto sobre el clima,

Y después le cuento… que una planta de cedron acaba de morir.

Escucho un violín que viene de mis manos

Las acerco a mi boca y los calmo.

El violín se calma,

Mis palmas suenan a comparsa sobre mi pecho.

Hago un bailecito muy gracioso en el patio.

No hay música solo mis talones en el suelo.

Nadie en mi barrio se sorprende por mi baile.

Seguramente en unos años.

Me nombran la loca de la esquina,

Y yo seguiré con mi sonrisa.

Mientras las tazas… me miran sorprendidas.

martes, 23 de febrero de 2010

lunes, 22 de febrero de 2010

Esto no es un poema, esto no es un poema.

Esta no es la última palabra.

No es una oración.

No es un testamento de mis dudas.

…Y si Magritte me viera,

Ya lo dije en otra oportunidad… diría:

Esto no es un poema…

Esto no es un poema…

Todo se revela en la sombra

La angustia.

El miedo.

La soledad.

La duda.

Todo se alimenta en la lluvia.

La tristeza,

El amor.

El desamor.

Las heridas.

Todo emerge

Y florece en la luz.

Las caricias.

Las sonrisas,

La vida.

Yo estoy por morir.

A punto de morir.

Creo que ya estoy muerta.

Pero esto no es la última palabra

Ni es la primera.

Ni es el testamento de mis dudas.

Ni es el principio de mis promesas.

Dependo de la esfera blanca.

Para los ciclos de mis mareas.

Hoy estoy triste.

Te alejas.

Mañana estaré feliz.

Te causara sorpresa.

Mañana moriré.

O talvez ya este muerta.

Eso no es un problema.

Esto no es un problema.

Dejare entrar a Daly con sus relojes.

Soltare al conejo.

Que encerré en la caja de los juegos.

Abriré la boca.

Y escupiré esta mariposa de sueños.

solo para darle libertad,

y ver como brilla,

y me eleva con su vuelo.

Lo que dicen las flores

Me dejas ser...

Me dejas ser paloma.
Y picotear tu cuello.
Y bajar,
Hasta el tercer botón de tu camisa.
Y meterme dentro.
Y que me sientas ahí,
Tibia, y llena de plumas.
Entre tu ombligo y tu pecho.

Me dejas ser el aire.
Y despeinar tu silencio
Y secarte los labios de besos.

Y meterme despacio entre tus dedos.
Helar tu piel entre caricias y juegos.

Me dejar ser tu bebida.
Recorrerte liquida desde tu boca a tu interior.
Retenme un poco.
Entre tu lengua y tus dientes.
Y luego consúmeme,
Sintiendo mí perfume.
Paladeando mi sabor.


Me dejas ser luz.
Y entrar como un insecto inquieto por tu ventana
Acariciar tus parpados y tu perfil
Recorrer tus cejas,
Tu nariz,
Llegar hasta tus labios
Y oscurecerme allí.

Me dejas ser tus sabanas.
Y cubrirte por completo.
Disfrutar de un lado tu cuerpo,
Del otro lado las mantas.
Y el cielo.

Déjame una vez en este juego.
Ser mujer.
Y se tú,
La paloma,
La bebida.
La luz.
Las sabanas y mi sueño.

No me invites al cielo.

domingo, 21 de febrero de 2010

En alguna parte de esta cueva oscura, que es el silencio

En alguna parte, de este cueva oscura,

Que es el silencio de tantos siglos inciertos.

Esta ave,

Aprendió a sumergirse en la arena.

Y se convirtió en serpiente.

Que ondula la superficie.

Y se entierra.

Se enreda entre los pliegues, de su propio olvido.

¿De donde viene ese sonido?

Sonido de hielos.

Que se avecinan sobre los ojos.

Navajas transparentes del descuido.

Debes tener cuidado.

Cuando disparas un suspiro al vacío.

Puede caer como una flecha,

Sobre mi cuerpo.

Se escucha su sonido distante.

Que se vuelve agua invisible y se evapora.

De ese vapor emana este perfume de violetas.

La tarde,

Cedió su color amarillo de verano.

Por un violeta agrisado de invierno, sin sol.

Con nubes que se arremolinan.

Por acurrucarse pequeñas en el cielo.

En alguna parte de esta cueva oscura.

Que es el silencio de tantos siglos inciertos.

Mi ave

Aprendió a sumergirse dentro de la arena.

Y se ondula en la superficie

Y me muestra otra forma de llorar, en líneas curvas.

Arremolinadas.

Como las nubes,

Pero sobre el suelo.

En alguna parte de esta cueva oscura.

… que es el silencio.

Hare mis dibujos sobre las paredes.

Mi sangre es de plata y brilla en la oscuridad.

Mi exhalación emana el aroma de mi vientre.

Y las notas verdes de mi perfume.

Hacen luz en esta oscuridad.

Abro la boca, inmensa grieta en mi rostro,

Para que asomen las mariposas azules.

En el día violeta,

… les hará bien volar.

Aletean, desprenden sus esferas.

Un deseo suelto, a la música de la soledad.

Estas aquí, estas allí.

Estoy donde el agua es húmeda

Donde el viento es aire.

Donde el fuego quema.

Soy una niña pequeña que juega a quererte,

Sin quererse lastimar.

Soy ave,

Soy esfera,

Soy el mismo pez que se convierte en estrella.

Si se cansa de nadar.

Soy el lado azul de tu cama… si me dejas.

Soy el lado blanco de tu noche.

La luna de tus resplandores.

El silencio entre los suspiros.

La flecha.

En algún lugar de esta cueva oscura,

Que es el silencio.

De tantos siglos inciertos.

Tus palabras hacen grietas.

La cueva caerá.

Se vera el cielo,

Y las nubes se extenderán.

Dejaran de ser esos pimpollos acurrucados

Temerosos en el cielo.

Soy agua

Me evaporo en perfumes de violetas

Si me besas.

Soy madera,

Me convierto en tu hogar si me dejas.

Soy tierra, para que acurrucado en mi vientre.

Respires la eternidad.

sábado, 20 de febrero de 2010

No espero respuestas.




Me pregunto… si no es temprano para amar.

Si no es tarde… para olvidar.

… O para dejarnos.

No se si tendrás suficiente papel periódico.

Para envolverme y dejarme en una bolsa negra.

Del lado de afuera de tu puerta.

O mejor…

Me sacas una fotografía en escala de grises.

Y me conviertes en recuerdo.

Solo si soy recuerdo, me olvidas.

Me pregunto.

Por que las puntas de mis dedos

Tienen estas marquitas.

Después me acuerdo

Que toque la guitarra todo el día.

Me pregunto,

Porque me paso el día… preguntándome tonterías

Que respondo en silencio, con sonrisas mal fingidas.

(Me sonrío a mi misma, porque no me quiero lastimar)

Me pregunto, si es temprano para amar.

Para hacer algunas promesas.

Para regalar algunos secretos.

Me pregunto, porque los mosquitos prefieren morder mis nudillos.

Y no mis hombros.

Y no mi cuello.

Solo los nudillos de mis dedos.

No se porque tengo este vestido de flores.

Porque no me puse,

Una remera enorme, y me metí en la cama.

A pensar como olvidarme.

No se porque te pienso.

Y no se porque cuando te pienso

Un a de mis manos va a mi cabeza,

Y la otra va directo a mi estomago..

Mientras mis ojos bajan a mi pecho

Y luego se pierden en la altura.

Me pregunto, si abra golosinas que lleguen al alma.

Me pregunto…. nada mas no espero respuesta…

viernes, 19 de febrero de 2010

Voy.... a hacer un puente...

En esa caja amarilla.


Para quiero estas piernas, aunque camine distancias infinitas

Ya no me puedo encontrar.

Debajo de un árbol,

De un viejo árbol incendiado,

A penas unos troncos secos,

Quemados.

Debajo de ese árbol,

Entre sus raíces.

Enterrado en la tierra.

Una caja amarilla.

Una caja amarilla pequeña.

De un plástico herido por el tiempo.

Una caja de plástico amarilla,

Dentro de una bolsita de tela azul.

Dentro de ella.

Un par de figuritas,

Alguna carta sin besos.

Unas monedas viejas.

Unas cintas.

Unos botones de colores.

Fichas de juegos sin tableros.

Sueños sin recuerdos.

Sueños sin recuerdos.

Entre las raíces del árbol.

Fundidos, heridos.

Dentro de la caja amarilla.

Para que llevo esta boca.

Si por más que grite.

Por mas que cante.

El mundo escucha mi exterior.

Nadie escucha mis verdaderos sonidos.

Nadie escucha mis verdaderos sonidos.

Detrás del puente de piedras.

Detrás del árbol incendiado.

La flor de la campanilla.

Se enreda entre los ladrillos.

Uno manchones lilas.

Sobre el color naranja gastado.

Ladrillos, cemento, y las huellas del incendio del árbol.

Las campanillas mudas.

Le tocaron ese sitio.

Detrás de un árbol muerto.

Sobre un puente que no cruza distancias.

Apenas atraviesa un charquito.

Que a falta de tesoros cuida ranas.

Para que escribo estas palabras.

Para que repito este absurdo.

De reafirmar el vacío.

No me puedo encontrar.

No me puedo nombrar.

Mi voz, y mi sombra son lo mismo.

Soy otro retazo más

Del horrible vestido de la noche

Un retazo oscurecido.

Piedra y silencio sobre el vientre.

De una mujer que no espera hijos.

Piedra y silencio para el olvido.

Mi voz se esfuerza,

Pero mi Garganta se niega.

Mis dedos lo intentan.

Pero mis brazos.

No se separan de mi cuerpo.

Las palabras buscan un orificio.

Pero mi mente,

Cerró puertas y ventanas.

Y puso mis tesoros en una caja amarilla.

Mi árbol de recuerdos murió en el patio,

Delante del puente.

Que a falta de océanos.

Cubre charcos.

Charcos que no hunden mis silencios,

Ni mis delirios.

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.